Los celos no tienen edad

5 agosto, 2016

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Decia Michael de Montaigne (1533-1592) escritor y filósofo francés que, «los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio.» Y es que, sentir celos forma parte de la naturaleza humana. Los celos representan una de las emociones más naturales o esenciales y al mismo tiempo, una de las más dañinas e incómodas que existen. Desde nuestra mas tierna infancia es un sentimiento que podemos experimentar ante la llegada de un hermanito y ni que decir tiene como en la juventud y en la vida adulta los celos forman parte de muchas relaciones de pareja. Y es que los celos no tienen edad. La base es la misma, lo que cambia es la razón que los provoca.

En la infancia un momento clave para experimentar esta emoción es la llegada de un hermanito .En cierto modo, el niño se protege y reclama seguir teniendo la misma atención que tenía antes y que ahora tiene que ser compartida. Por tanto, puede tener un cierto valor adaptativo. Se considera que tienen un valor adaptativo en cuanto es un sistema de regulación del niño para afrontar una nueva situación. Lo habitual es que vayan desapareciendo o reduciéndose a medida que el niño se hace mayor.  No obstante, en algunas ocasiones, la respuesta de celos es exagerada, prolongada en el tiempo y cursa con gran malestar y deterioro en las relaciones familiares.

¿Y qué pasa con los celos en las relaciones de pareja?  La Real Academia define los celos como una sospecha, inquietud o recelo de que la persona que amamos haya puesto su afecto en otra, o de que alguien pretenda alcanzar o disfrutar de algún afecto u objeto que sea nuestro.

Cuando sentimos  inquietud, ansiedad y desconfianza, mezclado un poco con inseguridad y miedo de perder algo que amamos, tal vez estemos experimentando los celos. El problema surge cuando aquello que tememos perder es nuestra pareja. En las relaciones de pareja los celos son desconfianza e inseguridad, siempre se sospecha de la otra persona, llega a ser  un sentimiento obsesivo. La baja autoestima nos hace sentir que en cualquier momento la otra persona nos va ha abandonar por alguien mejor que nosotros.

El ordenador está ahí sobre la mesa, solo, se ha dejado la sesión encendida de Facebook. Parece que nos está llamando, incitándonos a navegar rápida y compulsivamente por los mensajes del muro, privados, chat, nuevos contactos, … y todo que nos pueda dar un indicio de algo que buscamos y, en el fondo, parece que queremos encontrar…¿Nos reconocemos?.